Uno de los mayores defectos de los falsificadores es que recargan demasiado los objetos con simbología nazi, con la intención de hacerlos más atractivos para el coleccionista. No obstante el efecto conseguido es el contrario. Es el caso de esta brújula de "submarino alemán" al que ya no le caben más inscripciones ni símbolos. Lleva el águila, el nombre del submarino e incluso un submarino dibujado.
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